En España, ocho millones de internautas pertenecen a redes sociales. Dar muchos datos personales o subir fotos de otros puede desencadenar problemas
Las redes sociales son poderosas herramientas de comunicación e interacción. El número de asiduos se ha disparado y hoy es un fenómeno de masas: se calcula que hay cerca de 300 millones de usuarios en todo el mundo, el 60 por ciento de los internautas. Sólo Facebook, la más popular del ciberespacio, cuenta con 175 millones miembros. En España son ocho millones. Y, pese a la dificultad de las compañías para hacerlas más rentables económicamente, sigue creciendo el número de «adeptos».
Al registrarse en una red social se crea un espacio personal en internet en el que publica o sube información sobre uno mismo: edad, aficiones, fotos, vídeos... Sólo el dueño del perfil decide quién puede acceder a esos datos. Una opción que dan estos portales es que el perfil puede ser buscado por cualquier integrante de la red, aunque luego no se puede acceder a la información incluida en él.
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