Los padres solemos tener conflictos con nuestr@s hij@s adolescentes ya que es una etapa difícil donde conviven cambios fisiológicos y psíquicos.
La adolescencia, entre los 12 y los 18 años aproximadamente, suele ser un tanto complicada en cuanto a la relación entre padres e hijos ya que se suelen dar algunos conflictos. Aunque comienzan a desarrollar un físico adulto, siguen siendo niños desde el punto de vista intelectual y sobre todo el afectivo. Manifiestan a veces aislamiento, rechazo a los padres y sobre todo oposicionismo.
Estas conductas son totalmente normales y no debemos alarmarnos ya que forma parte del propio desarrollo madurativo.
Lo que parece rechazo u oposicionismo del joven al negarse a cosas que pueden parecer caprichos no, es más que el intento de ir afirmando su nueva identidad.
- No confrontarlo ni obligarlo a hacer algo que el joven se niega, siempre que sea algo que en realidad no tiene demasiada importancia, ya que de algo pequeño puede desencadenarse un gran conflicto innecesario.
- Intentar hablar con él o ella cuando se de la oportunidad y respetando los tiempos del joven. Si no vemos apertura por parte del adolescente para hablar en ese momento, pues es mejor tener paciencia y dejarlo para otro momento.
- Respetar su espacio y en lo posible no invadirlo por ejemplo en su cuarto. Menos aún revisarle sus objetos personales.
- Si vemos que el joven requiere un límite no dudar en ponerlo, siempre comenzando por hablar y cuando no se logra por medio de la conversación, lo más sano es ponerle un límite por ejemplo, no permitiéndole salir o negándole su petición.
FUENTE: SALUD DEL ADOLESCENTE: http://www.innatia.com/s/c-salud-y-adolescentes.html
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